"Estimado licenciado Bigas:
Hace aproximadamente cuatro años mi situación económica llegó a tal extremo que me era prácticamente imposible cumplir a cabalidad con mis pagos y otras responsabilidades financieras que había asumido. Cada año comenzaba renovando préstamos que ya tenía con el sistema de retiro de mi empleo y con la Asociación de Empleados del ELA, situación que empeoraba ya que en mi empleo los aumentos de sueldo llevan congelados por espacio de 8 años mientras el costo de vida en la Isla aumentaba desproporcionadamente. Para afectar más el panorama, mi casa está comprometida con una hipoteca de la cual adeuda 17 años a razón de $900 mensuales, 3 préstamos personales a razón de $2000 mensuales, 2 tarjetas de crédito de las cuales pagaba el mínimo, en adición a los demás gastos ordinarios.
En un momento consideré la quiebra y buscando información llegue hasta una oficina legal en Bayamón que un amigo abogado de mi pueblo me había recomendado ya que él no tenía experiencia manejando ese tipo de casos. Solo diré que salí descorazonado ya que la orientación me confundió y la persona a cargo se limitó a que yo le suministrara con un montón de documentos y no había garantía. Obviamente no le lleve nada y continúe con la carga que estaba acabando con mi salud. En un acto desesperado, después del azote del Huracán María, hice gestiones con la institución financiera donde tengo hipotecada mi hogar con la esperanza de refinanciar y tratar de saldar las deudas de menor cantidad. Mi esfuerzo fue en vano.
Hacía mucho tiempo atrás, una mañana escuchando La Perrera de SalSoul, fue que por primera vez supe del Licenciado Juan C. Bigas y su experiencia manejando los diferentes tipos de quiebra. Anoté su número, lo guardé en una libreta y nunca pensé en llamarlo pues pensaba que sería más de lo mismo. No fue hasta que la negatividad de quienes tenían la hipoteca de mi hogar, me obligó a buscar el número de aquel licenciado que en la Perrera de SalSoul le bateaba las bromas a los integrantes del programa radial de manera genial y a su vez proyectaba confianza.
Fue el 10 de julio de 2019 que conocí personalmente al Lcdo. Juan C. Bigas en su oficina en Hato Rey. El trato recibido por parte de su secretaria y de él me dio confianza, esperanza y tranquilidad. Lo más que me sorprendió fue que el aspecto de costos por el servicio que él me ofrecía no fue lo que prevaleció durante la entrevista sino identificar las alternativas que me ayudarían a poder salir de esas arenas movedizas financieras que me tenían atrapado y que recuperara mi salud emocional principalmente.
De lo único que me arrepiento es de no haber comenzado este proceso desde la primera vez que supe del Licenciado Bigas y su maravilloso equipo de trabajo, en especial la Lcda. Fontánez. Fue un trabajo arduo pero en equipo, nunca me dejaron solo y en todo momento aclararon las dudas surgidas.
Hoy doy, primeramente gracias a Dios y luego a todos los integrantes de las oficinas del Licenciado Bigas, porque al fin llegó la aprobación por parte del síndico de mi radicación de Quiebra por Capítulo 13. En esta parte reconozco el esfuerzo de la Licenciada Fontánez ya que en la vista inicial hubo unos asuntos que no permitieron recibir la aprobación ese día, pero posteriormente ella fue trabajando la situación y al fin todo está aprobado. Lo mejor de todo esto fue que la hipoteca de mi hogar ahora se va en 5 años, ya que la escritura de dicha hipoteca no había sido inscrita y el préstamo entro como uno personal y liquidable con la Quiebra.
Falta mucho por hacer, pero aprendí una lección…el miedo a lo que desconocemos nos paraliza y de eso se nutren los que nos ofrecen villas y castillas con los préstamos, hipotecas, tarjetas de crédito. Una vez nos tienen no hay otra salida que seguir pagando altos intereses y seguir endeudándose. En eso se especializa el amigo Juan Carlos Bigas…reconocer nuestro miedo y como enfrentarlo de manera digna hasta lograr nuestra independencia financiera.
Este testimonio lo hago libre y voluntariamente y autorizo al Licenciado Bigas a referirse al mismo con el propósito de continuar ayudando a muchos más que como yo no encontraban salida a sus problemas económicos.
Nuevamente mis gracias indefinidas."